diciembre 12, 2024

Real y Sevilla, dos equipos descontentos | Deportes

Real y Sevilla, dos equipos descontentos |  Deportes
Bono detiene el penalti para Oyarzabal.Javier Etxezarreta / EFE

Nadie terminó feliz en Anoeta, y todos tienen sus motivos. Real Sociedad, porque apretó en la primera parte como si no hubiera segunda, y falló un penalti; Sevilla, porque en los últimos minutos tuvo la chance más evidente del partido, aparte de la pena máxima, de llevarse los tres puntos, pero Remiro se inspiró para desviar con el cuerpo el disparo de Rafa Mir, que parecía letal e irremediable desde el pequeño. queda tiempo para jugar.

Una banda de rock vitoreó a Anoeta en los minutos previos al partido. Y vimos que iban a marchar los donostiarras, que aparecían bloqueados en el campo, no como los sevillistas, que a los 15 segundos ya habían cedido un córner absurdo y sin sentido. No sería el único. Por testarudo que fuera Lopetegui por la pandilla en corregir a sus hombres, sin que parecieran escuchar sus consejos, que suele suceder casi siempre, los futbolistas del Sevilla han insistido una y otra vez en buscar apoyos breves para avanzar, pero la presión de Donostia en el campo ajeno era feroz y rara vez lo lograron. O eso o lanzar balones largos a En-Nesyri, y el plan alternativo tampoco funcionó.

Así que era el Real el que casi siempre tenía el balón, el que buscaba su dúo nórdico Sorloth-Isak, el que empujaba con Merino y aireaba fútbol con Oyarzabal, creando fallas y crujir de dientes en la defensa sevillana, por no hablar de la su entrenador, que estaba hiperventilando en el banquillo ante el desastre percibido, y que no pasó más porque Bono intuyó la trayectoria del penalti de Diego Carlos en Oyarzabal, en una acción en la que el VAR amonestó a Mateu.

Aparte del penalti fallado, la Real tuvo peores noticias con la lesión de Isak, que se vio obligado a retirarse antes del descanso para dar paso a Januzaj. Imanol, que había refrescado parte de la plantilla tras jugar en Holanda el jueves, perdió repentinamente su estilete sueco. Lo peor para los donostiarras, sin embargo, es que habían salido con vida del Sevilla, que cimentó su equipo a principios de la segunda parte con Ocampos y Óscar. La marcha del argentino, sobre todo, oxigenaba la banda derecha de su equipo. Jesús Navas, desdibujado en el primer set, empezó a aparecer y a crear más peligros. El Sevilla se adelantó, aunque la Real defendió bien, pero ya no era como al principio, había perdido esa vitalidad del primer tiempo ante un rival renacido, que aguantó hasta que Papu Gómez puso el fuelle al centro del campo.

Imanol también tuvo que renovar su equipo. Inmediatamente tomó a Oyarzabal y puso su segunda unidad sobre el césped. El juego se equilibró con los jugadores jóvenes, pero las olas rompieron en el borde del área. El juego fue perdiendo vigor a medida que pasaban los minutos. Solo un disparo lejano de Zaldua, rechazado por Bono, despertó a las gradas. Luego llegó la gran ocasión de Rafa Mir en un desalineamiento defensivo de la Real Sociedad, y la inquietud en ambas áreas tras un par de saques de esquina seguidos lanzados por la Real, un cabezazo de Zubimendi que se fue alto, y un remate final de Diego Carlos que detuvo a Remiro en dos tiempos.

Al final, dos equipos con gran potencial ofensivo se quedaron sin anotar, por lo que entre los dos pierden un punto por el camino y los otros dos se parten.

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