abril 22, 2025

Samanta Schweblin y el futuro visto desde Argentina

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La autora argentina Samanta Schweblin, famosa por su habilidad para indagar en los límites entre lo real y lo mágico en sus cuentos, lanza su nuevo libro, El buen mal. Este texto, compuesto de seis historias, explora temas como el temor, el remordimiento, la muerte y la incertidumbre actual, reafirmando su lugar como una de las voces más únicas de la literatura moderna en español.

Han transcurrido siete años desde que salió su novela Kentukis y diez años desde Siete casas vacías, una colección de relatos que alcanzó reconocimiento global. No obstante, para la escritora, el acto de escribir ha sido continuo. «Siempre hay cuentos. Estoy constantemente escribiendo, pero un libro de cuentos no es simplemente un agregado de textos. Debe existir una coherencia, conexiones entre las historias, una dirección clara», comenta Schweblin.

En El buen mal, la autora conserva su distintivo estilo, donde lo habitual se transforma de manera sutil hasta volverse perturbador. En estos cuentos, aparte de sus temas habituales como la soledad, la falta de comunicación y lo insólito, introduce nuevas inquietudes, tales como el nihilismo, la carga familiar y el efecto de la muerte en los que permanecen.

En El buen mal, la autora mantiene su estilo característico, donde lo cotidiano se deforma sutilmente hasta volverse inquietante. En estos relatos, además de sus temas recurrentes como la soledad, la incomunicación y lo extraño, incorpora nuevas preocupaciones, como el nihilismo, el peso de la familia y el impacto de la muerte en quienes quedan atrás.

Schweblin reflexiona sobre la capacidad de la literatura para enfrentar el miedo. «Me interesa explorar esas fuerzas invisibles que rigen nuestras vidas, los miedos que nos definen, las historias que nos contamos sobre nosotros mismos y los mandatos culturales en los que vivimos», señala. Su literatura parte de una pregunta clave: «¿Qué pasa cuando algo inesperado irrumpe en nuestras vidas y desafía nuestras certezas?». Esta premisa atraviesa sus relatos, generando una tensión que mantiene al lector en un estado de constante alerta.

Para la autora, la literatura es una herramienta que nos permite comprender mejor nuestra propia existencia. «Un gran libro es un corazón latiendo en el pecho de otro», dice, citando a Rebecca Solnit. Y añade: «Cuando leemos, constantemente generamos juicios, anticipamos lo que va a suceder, intentamos comprender. Pero cuando una historia nos sacude y no logramos explicarla del todo, es ahí donde realmente entendemos lo que nos importa y lo que nos asusta».

Aunque sus relatos transmiten una inquietud latente, Schweblin reconoce el valor de la «normalidad» en la vida diaria. «Nos aferramos a ella porque nos permite seguir adelante. Nos aporta calma y orden, pero simultáneamente nos encierra en una jaula de convenciones que, al romperse, nos dejan vulnerables ante lo incierto», detalla.

Desde hace más de diez años, la escritora vive en Alemania, donde enseña Literatura Creativa. Su perspectiva ha sido formada por la experiencia de habitar en variados entornos culturales, lo que le facilita detectar patrones que van más allá de las fronteras. En su examen de la situación actual, observa con inquietud el surgimiento de ciertos movimientos políticos y sociales. «Para comprender el futuro de muchos países, es suficiente con observar lo que está sucediendo en Argentina. Es un escenario desolador», alerta.

Desde hace más de una década, la autora reside en Alemania, donde imparte clases de Literatura Creativa. Su visión del mundo ha sido moldeada por la experiencia de vivir en diferentes contextos culturales, lo que le permite identificar patrones que trascienden fronteras. En su análisis de la realidad actual, observa con preocupación el auge de ciertos movimientos políticos y sociales. «Para entender el futuro de muchos países, basta con mirar lo que está ocurriendo en Argentina. Es un escenario devastador», advierte.

Con El buen mal, Schweblin reafirma su lugar como una narradora imprescindible, capaz de transformar lo ordinario en una exploración profunda sobre la naturaleza humana y los miedos que nos definen. Su escritura, marcada por la precisión y la tensión narrativa, sigue desafiando a los lectores a cuestionar las certezas con las que enfrentan la realidad.